Vergonzómetro Sexual

Si alguna vez has tenido la gracia, la intrepidez, el antojo o la curiosidad de ver pornografía, sabrás que ahí el sexo es perfecto, al igual que los cuerpos y las posiciones.

Por Mallinali Mejía

8 de noviembre de 2020

No podría no serlo, es gente a la que le pagan por tener relaciones sexuales y, encima, hay iluminación, maquillaje y hasta edición postproducción. En la vida real pasa un poco diferente, se nos marca el resorte del calzón, nos dejamos los calcetines puestos, tenemos pelos en la panza, varias lonjas en vez de six pack o abdomen plano y de vez en cuando se nos sale un pedo.

“¡Qué vergüenza!” Pensamos. “¿Lo habrá escuchado… y si huele?” La respiración, que ya estaba agitada por la actividad física vigorosa, se relaja un poco para agudizar el olfato. Quizá la otra persona ni cuenta se dio. Tal vez el sonido fue tan escandaloso que están muertos(as) de risa. En el mejor de los casos, les valió madres y siguen en lo que estaban. ¡Felicidades por ello!

Pedos, flatulencias o gases

Son de lo más natural y si bien pueden molestar un poco a nuestras narices, el efecto pasa rápido. Si a lo anterior sumamos que, en muchos casos, literalmente le lamemos las nalgas o hasta el ano a nuestras parejas, un pedito debería quedar como algo mínimo, ¿no? Ojalá, pero no siempre es así, para las mujeres puede ser una experiencia aterradora, porque “deben” ser perfectas. 

Acá otras situaciones fisiológicas que pueden ocurrir durante los encuentros sexuales, llegan a resultar incómodas cuando suceden, tanto para ellos como para ellas, pero son tan naturales como la excitación o el orgasmo. Ojo, la jerarquía la decides tú, todo le puede pasar a cualquier ser humano.

Tripas tronadoras/rechinadoras

Es normal, tienes hambre y te dará más. Váyanse por unos tacos cuando terminen y asunto solucionado. 

Pies apestosos

Al igual que otras partes del cuerpo, los pies sudan, sobre todo si tus tennis o zapatos son de plástico y no usas calcetines y/o talco. Aguas con el tufazo,que puede distraer o incomodar a tu pareja aunque a ti no te dé pena, cuida tu higiene personal. 

Calambres

Básicamente estás ejercitándote, es algo que puede pasarte cuando no calientas bien, en la cama o en el gimnasio. La falta de potasio también puede provocar calambres, así que, come plátano… la fruta.

Pedos vaginales

En el interior de la vagina queda atrapado aire que, eventualmente, sale. No pasa nada. A veces es por las posiciones que adoptamos, otras por lo que entra y sale: penes, juguetes, dedos, lenguas… el límite es la imaginación, pero que siempre sea con cuidado e higiene. Así como todas las personas con ano se pedorrean, todas las personas con vagina se echan pedos vaginales. ¡Todas! 

Axilas sudorosas

Esta zona del cuerpo tiene muchos poros que nos permiten regular la temperatura corporal, pero la presencia de bacterias puede generar “mal” olor. Pues sí, pero ni modo que a medio encuentro sexual te detengas para ponerte desodorante. Podrías hacerlo o aceptar que el sexo tiene un olor característico y hará que se pierda el de tus axilas. Si lo deseas puedes elegir un antitranspirante y usarlo antes de comenzar.

Orina…

Que a veces ni es orina. En las relaciones sexuales pones a trabajar a todos tus músculos y a veces, al terminar, se relajan de más, ni modo. Las personas que más se conflictúan por la pipí son las mujeres y personas con vulva, que de pronto, durante el orgasmo (aunque puede ser antes o después), sienten como si se orinaran. A veces no logran disfrutarlo porque tienen que detener la estimulación para no “hacerse”. ¡Y sorpresa! No es orina, sino eyaculación femenina, existe y sucede más comúnmente de lo que te imaginas. Ojo, esto no implica que sea mejor o peor una mujer que puede eyacular, cada quien vive y goza de su erotismo de distintas maneras.

Excremento

A todos les encanta el sexo anal… ¡hasta que el pene se les llena de popó! ¿Pues qué esperaban que hubiera ahí? El recto y el ano son la parte final de nuestro aparato digestivo, así que evidentemente ahí se encuentran restos de todo lo que comemos. Claro que lo recomendable es tener higiene, pero los enemas (también llamados lavativas) pueden poner en riesgo tu salud si los realizas constantemente. Lo mejor es limpiar bien la parte exterior y usar condón para que la penetración sea segura e higiénica. Además, el sexo anal es la práctica de mayor riesgo para las infecciones de transmisión sexual.

Recuerda y procura la higiene,

pero ten presente que el sexo puede sonar a «chanclazos», nalgadas, gemidos, gritos, risa, llanto y pedos. Oler a sudor, semen, eyaculación, saliva, pies y cola. Sabe a todo eso y más, y aún así, apuesto a que se te antoja más una noche de “sexo sucio” que una de “sexo limpio”. Decide cómo lo prefieres y negócialo con tu pareja para que ambos tengan mucho placer, cero vergüenza.

¡Cuéntame qué otras cosas «incómodas» podrían pasar durante el sexo!

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